Por Juan Tomás Valenzuela
El pueblo se ha empoderado
contra Castaños Guzmán,
contra el mudo charlatán
Y el Penco desajuiciado.
La juventud se ha apostado
en la Plaza e’la bandera
y de forma tesonera,
protesta contra el bandido
que apandillado al ungido
lleva al pueblo a la carrera.
La Junta pide perdón
de forma condicionada.
“Aunque esto fue una trastada
no era mala mi intension”.
Esto dijo a la sazón
el presidente Castaños,
y aunque nadie encuentra extraño
su razón y proceder,
hoy culpan a Abinader
y a un escolta de este daño.
Llegó un guardia del CIUTRAN
con dos bombas lacrimógenas
y de forma alucinógena
las soltó desde un Sanyang.
Pero esto fue un bumerán
pues los reales afectados,
son, el jefe del Estado
y su penco malandrín,
el sucio de Ney Aldrín
y este Pleno descarado.
Esta cadena de hechos
cohesiona a la oposición
contra un Estado ladrón
y amigo de lo malhecho.
El pueblo toma el derecho
de la protesta pacífica
y una juventud magnifica
sin romo ni picapollo,
se abalanza contra el tollo
de una votación científica.
No queremos a Danilo,
ni a Julio César Castaños,
ni al bocinerío huraño
que a todo le saca filo.
Queremos vivir tranquilos,
sin robo ni impunidad,
sin tanta mediocridad
entre la gente pensante,
que es el principal causante
de toda esta iniquidad.
Juan de los Palotes
20 febrero 2020